lunes, 29 de noviembre de 2010

El tiempo cambia pero no tanto...


Año 1953, por entonces no existían las bicisendas ni mucho menos se elaboraba un programa de movilidad.
Este aviso de la bicicletería American Cycles muestra una comparación entre el transporte público frente a la movilidad propia mediante bicicletas.
Observen ese ómnibus atestado de pasajeros con el consiguiente tiempo que demoraba en llegar a destino y las bicis que con un tránsito mucho más desahogado que el actual podìan circular mucho más rápidamente.
Es de destacar que la industria automotriz y el uso del automovil particular se dió a partir de fines de los añós 50 y principios de los 60 cuando se radicaron en el país importantes empresas del rubro.
A nivel de transporte, por entonces operaba la Empresa de Transporte de Rosario -ETR- que tenía a cargo los sistemas de ómnibus y tranvías. Para la llegada del trolebús aún faltaban cerca de 6 años.
No obstante es importante destacar que las líneas de entonces poseían una flota muy reducida de unidades -5 a 10 coches dependiendo de su recorrido- y por ende los tiempos de espera eran apreciables. Después del concesionamiento a particulares las flotas se duplicaron y hasta triplicaron.
Por tal motivo es que muchas veces reivindicamos èpocas en que lìneas tenían coches a 1, 3 y 5 minutos, una frecuencia que hacía que el usuario priorizara el transporte público frente a la movilidad particular.

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